noviembre 27, 2010

Tres cajones.


Tengo tres gavetas con diferentes elementos cada una. En la primera hay fotografías inmemoriales y recientes. En la segunda hay escritos, cartas, mensajes, testimonios, declaraciones y juramentos. Y en la última hay un papel en blanco, un grafito y un bolígrafo escarlata.
¿con esto que quiero decir? Bueno, todo tiene una explicación. Hay días en los que abro el primer cajón y me encuentro con buenos recuerdos, con alegrías, emociones y vivencias del pasado que me gusta mantener en la memoria... sin embargo, es pretérito, remoto, ha ocurrido, y mantenerse en esos recuerdos es imposibilitar la creación de otros nuevos.
Otros días, opto por la segunda gaveta. Allí es donde encuentro detallados los sentimientos, también vividos, pasados... pero también los deseos de futuro, los planes, las promesas, las confabulaciones, los proyectos, las ideas. Son un bosquejo de lo que he programado para mi existencia. Y si, es magnifico tener aspiraciones, intenciones y objetivos, pero estructurar el resto de tus días es un tanto egoísta para con el destino.
Por último, cuando decido abrir el último compartimiento y encontrarme con el papel en blanco, el grafito y el bolígrafo escarlata, es cuando decido que quiero vivir, ser, existir para ESTE TIEMPO. No quiero adelantarme, ni quiero retroceder. Quiero ser yo, pero este YO PRESENTE. El papel en blanco es aquel que espera a que plasmee todas las hazañas del día: transcibir lo bueno y lo malo, remarcar con escarlata los errores, doblar la hoja, guardarla en el segundo cajón, y continuar...

Ese es mi deseo, esa es mi meta: el HOY. Si puedo vivir hoy, se que con convicción que lo he hecho ayer, y que probablemente, posiblemente, con suerte y con empeño, lo haré mañana.