Un viejo refrán nos dice "a las palabras se las lleva el viento". Déjenme decirles que difiero completamente con esta frase.
Las palabras, más allá de sus significados, nos llevan a realizar cualquier tipo de acción, y en esto no sólo incluyo al diálogo, la escritura y la comunicación, me refiero a que tienen el poder de expresar lo que sentimos, lo que pensamos. Un poeta emite sus emociones mediante la palabra, transmitiendo un mensaje de amor, pena o cualquier otro tema que perciba en sí mismo. Nosotros mismos empleamos la palabra para comunicar cuando algo nos agrada, o cuando lo desaprobamos.
Ahora bien, es duro ver el lado oscuro que manejan las palabras, y aquí puedo citar otro dicho con el cual irrefutablemente estoy de acuerdo: "una palabra puede doler mucho más que la violencia física". Y es así. El mundo se mueve gracias a las palabras, y estas pueden expresar un mensaje de amor y fe, pero también pueden promover a conflictos entre los hombres, a tal punto que llegan a generar malentendidos, disputas y hasta guerras. Obviamente, la palabra va ligada a la forma en que se transmite, e incluso a la manera en como la recibe el receptor.
De cualquier modo, el uso de la palabra es uno de los medios más importantes con los que cuenta el ser humano, y más allá de que algunos no tengan el acceso a ella, sabemos que su poder e incidencia en el mundo es magno.